En México existen decisiones más difíciles que otras, pero en definitiva una de ellas sin duda es la de elegir gobernantes.
El comportamiento electoral en las últimas décadas se ha constituido en un campo de interés para la investigación social, conocer e identificar porque un ciudadano vota de una o de otra forma; una vez conociendo todos los factores que pudieran influir en la conducta electoral, se pueden generar campañas de marketing y orientar plataformas electorales.
El voto es el acto por medio del cual el o la ciudadana manifiesta su simpatía o antipatía hacia determinado partido político, coalición o candidato durante las campañas políticas; de esta forma el voto representa la decisión del elector, producto de diferentes factores y motivaciones históricas y se ven reflejadas en la urna con el voto de los ciudadanos.
El voto va más allá de elegir un gobernante, es un acto que tiene significados culturales que se ve reflejado en costumbres, hábitos y preferencias políticas. Es decir, el voto es resultado de un proceso sociocultural-político.
La participación ciudadana es algo que mágicamente no aparecerá por más que queramos, ya que es algo que se debe trabajar constantemente
Se han estudiado 3 teorías sobre el comportamiento de la ciudadanía ante el voto, se basan en aspectos y factores diversos y sustancialmente diferentes, estas son:
1. El modelo sociológico, Columbia y Cleavages.
Es el modelo más tradicional y su planteamiento se deriva de investigaciones realizadas en materia principalmente de:
- Influencia en medios
- Toma de decisiones de los electores, es decir en los grupos particulares como la familia, trabajo, religión y lugar de residencia.
Este modelo enfatiza en los grupos primarios a la hora de compartir y transmitir una serie de valores y percepciones de la realidad política, estos grupos suelen tener el mismo voto, pues piensan lo mismo referente a determinados asuntos. Mientras que aquellos que están indecisos a la hora de ejercer su derecho al voto según este modelo suelen hacerlo siguiendo a las personas cercanas.
La base principal del modelo Columbia es el grupo social (entorno más inmediato). La tendencia al voto según las clases sociales.
Este modelo no la da suficiente peso a las campañas político-electorales y el uso masivo de medios masivos de comunicación, según estudios la decisión del voto solo cambia si se cambia la composición y la movilidad socioeconómica de los grupos de referencia.
2. Modelo psico-sociológico, identificación partidista e ideológica.
Este modelo considera que, al momento de tomar la decisión electoral, los ciudadanos aíslan elementos de origen psicológico como es la identidad políticopartidaria, imagen de los ciudadanos y temas de interés en las campañas políticas.
El voto en este caso es considerado como un mecanismo de afirmación, pero no de pertenencia y esto no depende de la clase social, representa más bien un proceso de largo plazo que ha llevado al ciudadano a identificarse con un partido político específico.
Al hacer referencia a las actitudes políticas se hace referencia a sentimientos, creencias, ideales y convicciones del ciudadano y la ciudadana. Estas tienen efecto en el comportamiento y la participación democrática electoral.
Se han estudiado componentes afectivos y evaluativos, los cuales predisponen al ciudadano a actuar de diferente manera, a continuación, se explica cada uno:
- Componentes cognitivos: Estos reflejan interés y conocimiento de las reglas y propuestas en el ámbito político y le dan seguimiento, es decir se informan de la política
- Componentes afectivos: Se componen e identifican de manera ideológica hacia un partido político, así como la confianza en las instituciones políticas.
- Componentes evaluativos: Son elementos que permiten interpretar el cambio de actitud y preferencia de los votantes, así como evalúan la gestión política o el grado de satisfacción con determinados elementos e instituciones del sistema político.
Estos modelos de individualismo su identificación es psicológica y duradera con un partido a través de un proceso de socialización. Las y los ciudadanos desarrollan vínculos con partidos políticos, o bien, con posiciones ideológicas que adquieren socialización y que influyen de manera determinante en su comportamiento al momento de ejercer su democracia.
La identificación con un partido político puede llegar a convertirse en un mecanismo psicológico tan fuerte que puede cambiar la percepción de un candidato.
3. Modelo racional-espacial: Downs
En esta teoría se pretende explicar el comportamiento y la participación electoral a partir de los beneficios que el ciudadano percibe de lo que recibirá o hubiera recibido, es un modelo racional donde entran en consideración elementos materiales y simbólicos.
Anthony Downs desarrolló un esquema de comportamiento político-electoral a partir de la racionalidad, partiendo de la idea de que los individuos deciden debido a los beneficios que les ha proporcionado el gobierno en turno y de los posibles beneficios que piensan recibir de los nuevos partidos políticos o bien de los candidatos postulados.
En este modelo no influye la participación específica de una clase o grupo social, si no de las acciones y omisiones del gobierno que en ese momento se encuentre en el poder y en función de la capacidad de los partidos opositores de generar confianza y credibilidad en las propuestas que realizan durante el periodo de campañas.
El votante apoyará al partido político que mejor defienda sus intereses personales, el ciudadano votante hará una evaluación de cada candidato buscando el que mejor le convenga. D e esta forma el voto será de interés personal.
Este modelo explica la decisión de votar del ciudadano sobre tres directrices:
- Beneficios derivados del partido político preferido.
- Voto racional, toma en cuenta la decisión y la probabilidad de que su voto determine el resultado de la elección, siendo esta probabilidad minúscula, incluso, en elecciones muy competidas.
- Los costos de votar, donde se incluiría, por ejemplo, el tiempo y el dinero invertido en trasladarse hasta las casillas electorales.
La clase social o la identificación partidaria constituyen una influencia a largo plazo en el ciudadano votante y, por ende, le otorga estabilidad en el voto por un partido político en específico, pero al momento en que las divisiones de clases dejan de ser prioridad para determinar la conducta o cuando los niveles de identificación partidaria decrecen, son factores de corto plazo los que se convierten en determinantes para el votante.